sábado, 18 de mayo de 2013

1era Practica de campo La Culata - Valle de la Vida


Viviendo La Naturaleza Con Todos Los Sentidos 

Objetivos:

Conceptuales:
Noción de Valles en V y Valles en U. Glaciales. Placas tectónicas. Bloques erráticos. Noción de Morrenas. Divisorias de aguas o crestas. Cuencas Hidrográficas. Vertientes umbrías y vertientes solanas. Pisos altitudinales. Función potable del Río Mucujún y el Río Albarregas.  

Procedimentales:
Desarrollo de resistencia física. Observación de elementos de la naturaleza. Identificación de las formaciones naturales como: morreras, bloques erráticos, tipos de valles, pisos altitudinales, divisorias de aguas y cuencas hidrográficas.

Actitudinales:
Valoración del ambiente. Concientización sobre el manejo de recursos y de su cuidado. Afianzar sentimientos de solidaridad, compañerismo, respeto, integración.



Descripción de la visita de campo.

Cuando llegamos a La Culata el grupo encargado de las frutas las repartió entre todos y nos formamos en un círculo para realizar calentamiento. La profesora nos dijo un mantra que debíamos repetir cuando nos sintiéramos cansados o sin fuerzas. “Soy infinito e ilimitado”. Nos dio las instrucciones de cómo sería la caminata, incluyendo el número de estaciones, la descripción de cómo encontrarlas y las reglas que debíamos seguir durante el trayecto. Luego del calentamiento, separó a las secciones en grupos de rápidos y lentos. Entonces comenzamos la subida.

En líneas generales, nos pareció que el trayecto desde el inicio hasta la primera estación fue el más largo de todos. En este trayecto, pudimos observar casas y plantaciones. Vimos como un agricultor preparaba los químicos para fumigar su siembra de animalitos o insectos indeseables. Pensamos que esto era algo inconsciente de su parte, puesto que después todas estas sustancias fluirían hasta llegar al río y contaminarían vida animal y natural.

Al llegar a la primera estación, fuimos a sentarnos detrás de un bloque gigante de piedra, el cuál la profesora nos dijo se llamaba “bloque errático” que era uno de los tantos bloques de piedra que los glaciales solían dejar abandonados en su trayecto hace miles de años. Nos habló de los valles en v y los valles en u. Los primeros eran resultado de los movimientos de las placas tectónicas, y los segundos eran prueba de la existencia previa de glaciares. Asimismo, nos habló de las morrenas, que son pequeñas montañas de arena y tierra que se formaban a causa del movimiento de arrastre de los glaciales y tenían partes frontales, laterales y terminales. Los glaciales también son los responsables de los circos glaciales, que son espacios semicirculares que se producían cuando los glaciares daban giros no completamente cerrados. Cuando los glaciales daban giros cerrados se formaban lagunas.

Nos comentó sobre las divisorias de aguas, o crestas que se llaman así puesto que separan las fuentes de agua en dos corrientes cuando la lluvia cae. Éstas son el perímetro de las cuencas hidrográficas, que son un espacio geográfico caracterizado por la existencia de un cuerpo de agua. Éstas tienen una jerarquía; así la cuenca hidrográfica del Río Mucujún es una sub-cuenca hidrográfica del Río Chama y ésta a su vez es una sub-cuenca del Lago de Maracaibo. Una cuenca hidrográfica está formada por vertientes (sur, norte, oeste) que se dividen según el grado de exposición al sol en umbrías y solanas. Las últimas tenderán a ser menos verde.

Antes de irnos, nos habló de los pisos altitudinales, que están marcados por la temperatura y el clima. Desde donde podíamos observar, había cuatro pisos. El más alto era el páramo alto o andino, luego le seguía el páramo, después la zona de transición y por último el bosque o selva nublada.

El trayecto a la segunda estación fue el más fuerte en opinión de algunas integrantes del equipo. Muchas tuvieron que invocar fuerzas con el mantra de “soy infinito e ilimitado.”           El camino era bastante empinado y pedregoso, pero al fin llegamos y todas nos sentimos orgullosas de nosotras mismas. Allí pudimos observar las morrenas, las divisorias de aguas y la cuenca del Río Mucujún. Luego, continuamos el camino hasta la tercera estación por la cresta.

Al llegar, tuvimos que sortear un pequeño pantano, y allí estábamos: “el valle del muerto”. Está aproximadamente entre 3000 y 3500 msnm. Tuvimos un pequeño descanso, y luego la profesora nos repartió en tres grupos. El primero se encargó de poner “la mesa”; sabanas como manteles y toda la comida que habíamos llevado. El segundo se encargó de repartir la comida en los platos de los demás y el tercero tenía que recoger todas las cosas al final. Todos comimos en un círculo; fue un momento en el que se podía respirar paz, tranquilidad y compañerismo. Después, tuvimos otro descanso antes de bajar. Vimos el circo glacial, observamos la naturaleza propia del piso altitudinal en el que estábamos. Allí sólo proliferaban plantas de bajo crecimiento, siendo el “coloradito” el árbol más alto y común de allí, seguido por los frailejones y arbustos pequeños. Después de un rato, comenzamos el descenso.

Tomamos otro camino distinto al del que subimos. Fue bastante agotador, puesto que había muchas piedras y teníamos que posicionar nuestros pies de maneras distintas para no resbalar y caer. No obstante, llegamos bastante pronto a la penúltima etapa. Descansamos unos diez minutos y seguimos el camino hasta el punto de inicio. Allí nos aplaudimos a todos por nuestro esfuerzo, y nos subimos en los buses.

Nos pareció que fue una experiencia muy interesante y liberadora. Pudimos estar en contacto con la naturaleza, integrarnos más con nuestros compañeros de clase y ser conscientes de la belleza de la naturaleza en nuestro estado.

Por otra parte, nos dimos cuenta la importancia de seguir las consignas establecidas por la profesora en el comienzo de la práctica, al igual que respetar el camino principal para llegar a nuestro destino, ya que con esto evitaríamos separarnos del grupo, dañar las plantaciones que se encuentra en el camino y perdernos.










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