Viviendo La Naturaleza Con Todos Los Sentidos
Objetivos:
Conceptuales:
Noción de Valles en V y Valles
en U. Glaciales. Placas tectónicas. Bloques erráticos. Noción de Morrenas.
Divisorias de aguas o crestas. Cuencas Hidrográficas. Vertientes umbrías y
vertientes solanas. Pisos altitudinales. Función potable del Río Mucujún y el
Río Albarregas.
Procedimentales:
Desarrollo de resistencia
física. Observación de elementos de la naturaleza. Identificación de las
formaciones naturales como: morreras, bloques erráticos, tipos de valles, pisos
altitudinales, divisorias de aguas y cuencas hidrográficas.
Actitudinales:
Valoración del ambiente. Concientización
sobre el manejo de recursos y de su cuidado. Afianzar sentimientos de
solidaridad, compañerismo, respeto, integración.
Descripción de la visita de
campo.
Cuando llegamos a La Culata
el grupo encargado de las frutas las repartió entre todos y nos formamos en un
círculo para realizar calentamiento. La profesora nos dijo un mantra que
debíamos repetir cuando nos sintiéramos cansados o sin fuerzas. “Soy infinito e
ilimitado”. Nos dio las instrucciones de cómo sería la caminata, incluyendo el
número de estaciones, la descripción de cómo encontrarlas y las reglas que
debíamos seguir durante el trayecto. Luego del calentamiento, separó a las
secciones en grupos de rápidos y lentos. Entonces comenzamos la subida.
En líneas generales, nos
pareció que el trayecto desde el inicio hasta la primera estación fue el más
largo de todos. En este trayecto, pudimos observar casas y plantaciones. Vimos
como un agricultor preparaba los químicos para fumigar su siembra de animalitos
o insectos indeseables. Pensamos que esto era algo inconsciente de su parte,
puesto que después todas estas sustancias fluirían hasta llegar al río y
contaminarían vida animal y natural.
Al llegar a la primera
estación, fuimos a sentarnos detrás de un bloque gigante de piedra, el cuál la
profesora nos dijo se llamaba “bloque errático” que era uno de los tantos
bloques de piedra que los glaciales solían dejar abandonados en su trayecto
hace miles de años. Nos habló de los valles en v y los valles en u. Los
primeros eran resultado de los movimientos de las placas tectónicas, y los
segundos eran prueba de la existencia previa de glaciares. Asimismo, nos habló
de las morrenas, que son pequeñas montañas de arena y tierra que se formaban a
causa del movimiento de arrastre de los glaciales y tenían partes frontales,
laterales y terminales. Los glaciales también son los responsables de los
circos glaciales, que son espacios semicirculares que se producían cuando los
glaciares daban giros no completamente cerrados. Cuando los glaciales daban
giros cerrados se formaban lagunas.
Nos comentó sobre las
divisorias de aguas, o crestas que se llaman así puesto que separan las fuentes
de agua en dos corrientes cuando la lluvia cae. Éstas son el perímetro de las
cuencas hidrográficas, que son un espacio geográfico caracterizado por la
existencia de un cuerpo de agua. Éstas tienen una jerarquía; así la cuenca
hidrográfica del Río Mucujún es una sub-cuenca hidrográfica del Río Chama y ésta
a su vez es una sub-cuenca del Lago de Maracaibo. Una cuenca hidrográfica está
formada por vertientes (sur, norte, oeste) que se dividen según el grado de
exposición al sol en umbrías y solanas. Las últimas tenderán a ser menos verde.
Antes de irnos, nos habló de
los pisos altitudinales, que están marcados por la temperatura y el clima.
Desde donde podíamos observar, había cuatro pisos. El más alto era el páramo
alto o andino, luego le seguía el páramo, después la zona de transición y por
último el bosque o selva nublada.
El trayecto a la segunda
estación fue el más fuerte en opinión de algunas integrantes del equipo. Muchas
tuvieron que invocar fuerzas con el mantra de “soy infinito e ilimitado.” El camino era bastante empinado y
pedregoso, pero al fin llegamos y todas nos sentimos orgullosas de nosotras
mismas. Allí pudimos observar las morrenas, las divisorias de aguas y la cuenca
del Río Mucujún. Luego, continuamos el camino hasta la tercera estación por la
cresta.
Al llegar, tuvimos que
sortear un pequeño pantano, y allí estábamos: “el valle del muerto”. Está aproximadamente
entre 3000 y 3500 msnm. Tuvimos un pequeño descanso, y luego la profesora nos
repartió en tres grupos. El primero se encargó de poner “la mesa”; sabanas como
manteles y toda la comida que habíamos llevado. El segundo se encargó de
repartir la comida en los platos de los demás y el tercero tenía que recoger
todas las cosas al final. Todos comimos en un círculo; fue un momento en el que
se podía respirar paz, tranquilidad y compañerismo. Después, tuvimos otro
descanso antes de bajar. Vimos el circo glacial, observamos la naturaleza
propia del piso altitudinal en el que estábamos. Allí sólo proliferaban plantas
de bajo crecimiento, siendo el “coloradito” el árbol más alto y común de allí,
seguido por los frailejones y arbustos pequeños. Después de un rato, comenzamos
el descenso.
Tomamos otro camino distinto
al del que subimos. Fue bastante agotador, puesto que había muchas piedras y
teníamos que posicionar nuestros pies de maneras distintas para no resbalar y
caer. No obstante, llegamos bastante pronto a la penúltima etapa. Descansamos
unos diez minutos y seguimos el camino hasta el punto de inicio. Allí nos
aplaudimos a todos por nuestro esfuerzo, y nos subimos en los buses.
Nos pareció que fue una
experiencia muy interesante y liberadora. Pudimos estar en contacto con la
naturaleza, integrarnos más con nuestros compañeros de clase y ser conscientes
de la belleza de la naturaleza en nuestro estado.
Por otra parte, nos dimos
cuenta la importancia de seguir las consignas establecidas por la profesora en
el comienzo de la práctica, al igual que respetar el camino principal para
llegar a nuestro destino, ya que con esto evitaríamos separarnos del grupo,
dañar las plantaciones que se encuentra en el camino y perdernos.
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